El mandato de vehículos eléctricos de California, específicamente para camiones Clase 8, ha generado un intenso debate sobre su viabilidad e impacto en la industria del transporte. La regulación Advanced Clean Trucks, aprobada por la EPA, exige que una gran parte de los nuevos camiones vendidos en el estado sean eléctricos para 2035. Sin embargo, el representante Kevin Kiley, republicano de California, ha presentado una resolución bajo la Ley de Revisión del Congreso (CRA) para eliminar la normativa, argumentando que limita la libertad de elección y representa una carga económica significativa.
Los camiones Clase 8, utilizados en el transporte de carga pesada a larga distancia, enfrentan varios desafíos con la transición eléctrica, incluyendo altos costos iniciales, falta de infraestructura de carga y limitaciones en autonomía y capacidad de carga. Además, la industria del transporte no se siente preparada para adoptar esta tecnología debido a la escasez de oferta y la ausencia de una red de cargadores rápidos en rutas de larga distancia.
A pesar de las críticas, líderes estatales y defensores del medio ambiente defienden la normativa, argumentando que es crucial para reducir las emisiones de carbono y mejorar la calidad del aire en comunidades afectadas. La decisión final recae en el Congreso de Estados Unidos, que podría derogar la regulación si aprueba la resolución de Kiley, afectando no solo a la industria del transporte, sino también a la estrategia ambiental de California y su influencia en otros estados.